domingo, 7 de abril de 2013

CATEDRAL DE SAN BASILIO


La Catedral de la Intercesión de la Virgen en el Montículo , más conocida como Catedral de San Basilio, es un templo ortodoxo localizado en la Plaza Roja de la ciudad de Moscú, Rusia. Es conocida mundialmente por sus cúpulas en forma de bulbo (acebolladas).

Esta situada en una de las zonas más turísticas de la ciudad, la Plaza Roja de Moscu, a la que le aporta una vista característica gracias a las originales cúpulas bulbosas que destacan tanto por la forma como por la imaginación de su colorido.

Fue mandada construir por el zar Iván el Terrible con la intención de conmemorar la conquista del Jantao de Kazán, entre los años 1555 y 1561, tomando en aquel momento el nombre de la Catedral de la Intercesión de la Virgen en el Montículo.


Algo más tarde, en 1588, el zar Fiador Ivanovich ordenó la creación de una nueva capilla en el lado este, donde estaba la tumba de San Basilio el Bendito, momento en que comenzó a ser conocida como la catedral de San Basilio, hasta que el nombre original fue poco a poco olvidado.


Originariamente se pensó en que formaría un grupo de capillas de manera que cada una estaría dedicada a cada santo en cuyo día el zar Iván ganó una batalla, pero al final fue abandonada esta pretensión por la actual construcción catedralicia, que consta de 9 pequeñas capillas construidas en un sólo elemento, cada una diferentes a las otras.


Posiblemente lo que más llama la atención, no obstante del monumento Catedral San Basilio es su intenso colorido, en el que la combinación de colores está tan conseguido que incluso manteniendo cierta armonía resulta ser muy excitante a al vista.


Así mismo, resulta también muy curiosa la presencia tan común del numero ocho en su construcción de forma que consta de ocho torres con cúpulas en forma de cebolla, y que están en torno a una novena que hace de centro, de manera que todo el conjunto tiene la similitud de una estrella de ocho puntas. El significado religioso del número ocho es bastante notable: el día de la resurrección de Cristo que es el octavo día por el calendario judío antiguo y el reino divino prometido, el reino del Octavo Siglo, que comenzará después de la segunda venida de Cristo.


El interior lejos de ser tan exuberante como su exterior, es más bien modesto, con pequeñas capillas poco alumbradas y pasillos laberínticos que conducen al interior de la iglesia. Hay algunos motivos decorativos en las paredes que están cubiertas de diseños florales realizados en colores pastel que datan del siglo XVII.

A lo largo de su historia se ha salvado en varias ocasiones de la destrucción a pesar de la más que tumultuosa historia de Moscu. En muchos sentidos es un milagro que haya podido llegar hasta nuestros días aunque no es de extrañar si se tiene en cuenta que su belleza ha hecho que incluso sus conquistadores quisieran conservarla.






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